DETERMINACIÓN DEL PAPEL DE LAS SEÑALES QUÍMICAS Y VISUALES PROVENIENTES DE DEPREDADORES SOBRE LA CONDUCTA ANTIDEPREDATORIA DE Lycosa subfusca (Araneae; Lycosidae)

Abstract

Las interacciones depredador- presa influyen sobre la ecología, morfología y conducta de los organismos. Ante un depredador, las presas son capaces de establecer el grado de riesgo e incorporar esta información en la toma de decisiones conductuales. Estas decisiones son conocidas también como conductas antidepredatorias y frecuentemente reducen el grado de riesgo. Los organismos como estrategia para reducir el riesgo usan la detección temprana de sus depredadores antes de que estos los detecten primero. Ante esta detección son capaces de obtener información del ambiente a través de señales o atributos que le denoten depredadores potenciales. Los arácnidos detectan y discriminan señales de coespecificos, presas y depredadores. Arañas de la familia Lycosidae son un excelente modelo para el estudio de la detección de señales provenientes de depredadores. La mayoría de los estudios se han enfocado en el estudio de la alteración de las respuestas conductuales antidepredatorias de hembras de arañas lobo al detectar señales químicas de depredadores y dejan de lado la detección de otras señales como las visuales o el conjunto de señales e incluso si los machos detectan estas señales y alteran su conducta antidepredatoria. Dado lo anterior, en el presente trabajo proponemos que 1) hembras y machos de L. subfusca detectan y discriminan señales químicas y visuales provenientes de Brachypelma vagans, su depredador potencial, 2) que la detección de estas señales tiene un papel importante en la exhibición de conductas antidepredatorias, y 3) que machos y hembras muestran diferencias en la exhibición de la conducta antidepredatoria al detectar señales químicas y visuales provenientes de su depredador. Para lograr esto, observamos la conducta (Latencia, Distancia media aproximada y Porcentaje de Actividad) de 28 hembras y 25 machos adultos de L. subfusca, frente a distintos estímulos de depredación controlados en laboratorio. Ante señales químicas y visuales se observó que machos y hembras mostraron solo la reducción en el porcentaje de actividad del 20 y 40 % con respecto a cuando fueron colocados frente a un ambiente desprovisto de estímulos de depredación. Además, hembras y machos mostraron similitudes en su conducta antidepredatoria frente a señales de depredación. Estos resultados sugieren que ambos sexos detectan y discriminan de manera similar señales químicas y visuales de uno de sus depredadores; señales que en conjunto determinan su conducta antidepredatoria.