¿Despliegan los conejos domésticos conductas antidepredadoras ante olores de depredadores potenciales?

Abstract

El reconocimiento y evitación efectivos de un predador es esencial para la supervivencia de cualquier especie presa. Así, las especies presa han desarrollado mecanismos para la detención temprana de depredadores, como la detección de sus olores, ello les confiere la ventaja de evitar encuentros directos con los predadores, aumentando las posibilidades de supervivencia y adecuación. Las presas pueden responder a las pistas odoríferas de los depredadores con cambios conductuales y fisiológicos. Se han propuesto tres hipótesis que explican la capacidad de las presas para detectar a sus depredadores. La hipótesis de la presa ingenua, del multidepredador y del constituyente común. La primera establece que las presas nativas ingenuas, que carecen de una historia evolutiva con depredadores no nativos, estarán bajo fuerte depredación debido a que sus respuestas antidepredadoras son inadecuadas ante el nuevo predador. Sin embargo, las especies presa poseen la capacidad de detectar olores de predadores aunque no compartan una historia evolutiva, como lo predice la hipótesis del multidepredador. La hipótesis del constituyente común sugiere que los olores de los depredadores comparten componentes comunes que pueden ser utilizados por las presas, aun cuando el depredador es desconocido. Posiblemente estos componentes estimulan las terminaciones nerviosas trigeminales actuando como sustancias irritantes. Con base en lo anterior surgen las preguntas: ¿responde la presa sin experiencia previa con depredadores con conductas de evitación a componentes odoríferos comunes de depredadores potenciales y naturales? ¿Su respuesta se debe a componentes comunes irritantes contenidos en las heces y no a señales específicas del depredador? El modelo ideal para responder a estas preguntas es el conejo europeo doméstico (Oryctolagus cuniculus). El conejo doméstico proviene del europeo, que es una especie presa de diversos carnívoros, dependiente del olfato en varios contextos de su vida y responde al olor de los depredadores. Utilizando conejos adultos, se realizaron pruebas conductuales para medir la respuesta de éstos a los olores de depredadores. Los sujetos se privaron de agua o alimento de tal manera que estuvieran sedientos o hambrientos antes de la prueba, para obtener agua o alimento los conejos debían pasar por donde se encontraba el olor del depredador. Los conejos evitaron alimentarse en los comederos que contenían olor de predadores o eucaliptol (irritante de las terminaciones nerviosas intranasales). Los resultados de este trabajo sugieren que el conejo posee mecanismos inespecíficos para la detección de depredadores naturales y potenciales, mecanismo que podría ser la estimulación de las terminaciones intranasales del nervio trigémino por sustancias comunes contenidas en las heces de depredadores, provocando cambios conductuales como evitar zonas donde se encuentran dichas heces. Sin embargo, se requiere explorar mejor esta posibilidad complementando los estudios en condiciones de campo.