El estrés más el consumo elevado de sacarosa al destete afecta la concentración de testosterona e histología gonadal en la rata macho

Abstract

Estudios epidemiológicos correlacionan la presencia de obesidad infantil con el consumo elevado de azucares refinados (sacarosa y fructosa) y grasas. En particular, las evidencias señalan que las bebidas con aporte energético incrementan el riesgo de padecer obesidad, diabetes y síndrome metabólico. En pacientes con sobrepeso u obesidad han encontrado una disminución de la libido y disfunción eréctil, así como infertilidad. Se ha mostrado que la concentración de testosterona disminuye, mientras que las concentraciones de estrona y estradiol son mayores que las observadas en pacientes no obesos. Por otro lado, la obesidad es caracterizada por un proceso inflamatorio con un aumento de estrés oxidativo, el cual puede dañar estructuras celulares, como por ejemplo, el aumento de estrés oxidativo testicular conduce a un aumento en la apoptosis de células germinales y posterior hipo-espermatogénesis. Estas alteraciones, aunado a la presencia de estresores crónicos antes y después del nacimiento, se han relacionado con cambios en el metabolismo. Los individuos pueden mostrar una preferencia por los alimentos ricos en azúcares y grasas, contribuyendo al exceso de calorías. Tanto en humanos como en animales, el estrés tiene efectos adversos alterando la homeostasis de energía resultando sobrepeso y obesidad. En humanos, los retos psicosociales y socioeconómicos activan el eje hipotálamo-hipófisis-adrenal causando hipersecreción de cortisol, que se relaciona con el aumento de grasa visceral, resistencia a la insulina, dislipidemias y enfermedades cardiovasculares, hipertensión, osteoporosis y depresión. El estrés crónico aumenta la concentración de corticosterona e induce apoptosis en las células de Leydig en ratas y disminuye la concentración de testosterona. Sin embargo, no ha sido evaluado el efecto del estrés y una dieta alta en sacarosa sobre los niveles de testosterona y el arreglo histológico del testículo en ratas infantes. Para ello, utilizamos ratas machos wistar de 21 días de edad (n=8/grupo): ratas que consumen agua simple (C), agua simple + estrés (E), agua azucarada (sacarosa al 30%; A30) y agua azucarada + estrés (A30/E). Los animales fueron sometidos a estrés crónico mediante restricción de movimiento durante 1 hora diaria, 5 veces a la semana. Tanto el estrés como el agua azucarada se administró por cuatro semanas. Al sacrificio, los testículos fueron extraídos para su análisis y la determinación de triglicéridos por Folch y estrés oxidativo por TBARS. La corticosterona, leptina y testosterona se midieron por el método de ELISA. Los datos fueron analizados mediante una ANOVA de dos vías y Newman-Keuls como análisis post hoc. La dieta alta en sacarosa incrementó el peso testicular y los niveles de leptina sérica y se asoció al aumento del diámetro del lumen con una disminución del epitelio germinativo, sin afectar, los niveles de testosterona sanguínea ni los niveles de triglicéridos gonadales. Por otro lado, el estrés crónico por restricción de movimiento induce estrés oxidativo testicular. En conclusión se sugiere que la presencia de los dos estímulos por un largo periodo puede exacerbar un daño que afecte la fertilidad. Es relevante para nosotros mostrar que el consumo de sacarosa afecta la organización histológica del testículo a pesar de que los niveles de testosterona y de triglicéridos no fueron afectados. Probablemente estas modificaciones histológicas son relevantes para la maduración espermatogénica.