El Páncreas en la Rata Macho y el Consumo de Agua Azucarada

Abstract

México es el país con el mayor consumo de refrescos. El consumo de azúcares refinados en refrescos y jugos industrializados supone el 15% de las calorías totales (50 % más de lo recomendado), el contenido medio de azúcares refinados es del 10 y 13% respectivamente y el volumen por envase supera los 200 mL en la mayoría de las marcas comerciales. Las consecuencias de una alta cantidad de consumo de estas bebidas se reflejan en la demanda de los servicios de salud que atienden a los pacientes con algún problema metabólico y enfermedades cardiovasculares. El consumo de refrescos, considerados bebidas azucaradas, en los últimos años ha incrementado considerablemente en todas las etapas de vida modificando su estado nutricional e incrementando la posibilidad de padecer enfermedades metabólicas como sobrepeso, obesidad, hipertensión arterial y diabetes mellitus. El estado nutricional del individuo es clave para funciones vitales como el crecimiento y plasticidad celular. En el caso del periodo de gestación, lactancia y el primer año de vida la cantidad de nutrientes que aporta la madre a su cría podría conservar el desarrollo de órganos vitales como el cerebro, a expensas de un menor aporte hacia el hígado, páncreas y músculo. La calidad de la dieta con la que alimenta una hembra gestante es decisiva para el éxito del periodo del puerperio y la buena crianza de su progenie; pero cuando existe alguna deficiencia específica o completa en la dieta, la malnutrición generada en sus crías puede dejar huellas trascendentales. La dieta alta en carbohidratos afecta a diferentes órganos y glándulas, por ejemplo, en la rata macho (Sprague Dawley) se ha reportado que el consumo de agua con fructosa al 20% después del destete durante 8 semanas induce un aumento en la presión arterial sistólica, hiperinsulinemia y un aumento en la vasoconstricción renal. En nuestro grupo de investigación se han mostrado que el consumo de una dieta gestacional baja en proteínas condiciona a la descendencia a padecer trastornos metabólicos en la vida adulta; y que dichos trastornos metabólicos se potencian si en la vida posnatal los individuos consumen agua azucarada. Por ello, el presente estudio tuvo como objetivo caracterizar la organización morfológica del páncreas en cortes teñidos con hematoxilina. Para ello se utilizaron machos alojados en dos grupos: grupo control machos que provienen de una gestación en la cual se les proporciono a la madre agua simple y grupo experimental el cual consumió́ agua azucarada al 5% (Madre Azúcar); ambos grupos consumieron alimento estándar y agua ad libitum. Posterior aldestete, se formaron dos subgrupos con las crías macho, uno que consumió́ agua simple (Madre Simple- Cría Simple) y otra agua azucarada al 5% (Madre Azúcar- Cría Azúcar). No encontramos diferencias en los parámetros de las crías al momento del nacimiento (peso, longitud, diámetro cefálico, diámetro abdominal y distancia ano-genital). Nuestros resultados mostraron que los páncreas de crías cuyas madres consumieron agua azucarada durante la gestación y la lactancia (SC, SS), pesaron menos en comparación de los páncreas de las crías de madres con consumo de agua simple (CC, CS), independientemente del tratamiento posnatal, y a pesar de la disminución del peso, no se evidenció una disminución en la cantidad de islotes ni se demostró que la cantidad total de esos islotes fuera menor. También se pudo observar cualitativamente un desarreglo celular en el páncreas. Es decir, para el caso del páncreas se sugiere que es un órgano con mayor resistencia a los efectos de la dieta materna con 5 % de agua con azúcar. Por lo que se recomienda tener indicadores más específicos de los cambios intracelulares que pueden sumarse al efecto de una dieta inadecuada en un momento crítico del desarrollo, como lo es el crecimiento prenatal y así poder elucidar los efectos iniciales y prenatales de una mala alimentación.